Es un animal mamífero muy primitivo. Considerado como uno de los animales más antiguos, conociéndose desde la prehistoria.
Se desconoce el origen de esta especie, pero algunos científicos afirman que proceden del Asia Central, desde donde emigró hacia Europa. Además es posible que el clima frío del norte europeo obligara a estos animales a establecerse en climas más templados, como la zona del litoral mediterráneo de España y el norte de África.
Pero la teoría más aceptada es la de la migración europea.
Los fenicios son los primeros en testimoniar en sus escritos sobre el conejo, en sus relatos referidos a expediciones en el norte de África y Península Ibérica, denominando a esta última zona con el nombre de TIERRA DE CONEJOS
Los romanos representaron en sus cerámicas con gran fidelidad al conejo, por lo que se supone que fue un animal popular y apreciado por su carne. Además los trasladaron a distintas partes del Imperio con lo que se consiguió la difusión de la especie en otras partes del mundo.
Actualmente en el mundo hay entre 60 o 70 razas distintas, por sus subvariedades según su talla y color.
Es evidente que domesticar una especie salvaje puede modificar su morfología y sus hábitos para resultar un animal dócil y prolífico que incorporado a la ganadería presente un gran interés para el hombre por la calidad de sus producciones.
Los romanos quizás hayan sido los primeros que masivamente explotaron esta especie para satisfacer las necesidades alimenticias del hombre, con las construcciones de las leporarias, (donde estaban todos los conejos juntos y se las mataba cuando se necesitaban).
Así se cree que comenzó la cría en cautiverio.
Luego se extendió esta práctica, a los conventos.
En el siglo pasado aparecieron los primeros tratados y principios técnicos racionales.
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